22 de febrero de 2014

Una «muerte» anunciada

Postigo, Jiménez y Llorens, en un acto reciente en Alicante//Jose Navarro

A nadie escapa la fluida relación entre Mariano Postigo y las redes sociales, donde su presencia es casi continua. Ya sabido su relevo al frente de la Concejalía de Fiestas, Postigo publicó un «tuit» de una noticia cuyo titular recogía una frase de Aitor, defensa del Hércules: «Yo me dedico a trabajar, pero hasta el momento no me da resultados». No sé si fue casualidad, que no lo creo, pero ese mensaje bien puede ser su breve y personal resumen al frente del área. Y es que nadie dijo que el trabajo fuera suficiente… Ya que por falta de horas, seguro que no se ha producido su destitución. Y por reforzar el área de Deportes, tampoco, no nos engañemos. ¿Entonces…?

Igual de notoria que es su afición a las redes sociales, también lo era su falta de «feeling» con los dos presidentes de la Federación de Hogueras con los que ha coincidido en su etapa en Fiestas. Nunca hubo buena relación con Pedro Valera –buen amigo de Llorens– ni posteriormente con Manolo Jiménez –cuñado del citado Llorens–, y de nada sirve poner paños de agua fría en unas heridas que pedían amputación. Así que la salida de Postigo era cuestión de tiempo. Y es que la fiesta del fuego tiene mucho poder en Alicante, por lo que resulta baldío tener el respaldo del resto, como la Semana Santa o los Moros y Cristianos. De hecho, dicen que ahora resulta casi imposible ganar unas elecciones municipales sin contar con el apoyo de los festeros. Y dicen también que la alcaldesa, que cuenta las semanas para volver a ser madre, ya estaba cansada de unas desavenencias que al final le acababan por salpicar. Que si uno le iba con tal y el otro le iba con cual… Así que a pocos sorprende el relevo en Fiestas, era la crónica de una muerte anunciada.

Cuenta Jiménez que al principio la relación no fue mala. Y me da la impresión de que no es así, que incluso antes de poder ser mala ya era peor. Y todo por el apoyo (más o menos velado) que dio el ya exconcejal de Fiestas a la otra candidatura a la Presidencia de la Federación de Hogueras, liderada por José Luis Torres. No gustó, y nunca se acabó de perdonar. Tampoco gustó en la Fiesta que Foguerer Carolinas se llevara el premio especial de las últimas Hogueras, una decisión del jurado con la que también se acabó señalando al entonces edil. Y así, un largo etcétera. Y es que en general, nada gustaba. Ni a uno lo del otro ni al otro lo del uno. En los actos de Hogueras, ya fueran oficiales o simplemente organizados por comisiones, sólo faltaban las apuestas: ¿Se saludarán?, ¿se hablarán?, ¿se evitarán?... Unas preguntas que, sin ánimo de buscar culpables, en poco ayudaban a las Hogueras.

Y en éstas llega «Nino», que para algunos nunca dejó de ser el concejal de Fiestas en la sombra. Él gusta a los implicados: a uno, por raíces familiares, y a otros, por cuestiones de concentración de poder. Llorens ya tiene en sus manos las áreas con mayor peso económico y poder social en Alicante. Y en breve, tendrá el Ayuntamiento a sus pies, con la baja por maternidad de Castedo. ¿No será esto, por tanto, un movimiento con mirada electoral? Como aquel, recuerden, que le ascendió de «teniente de alcalde» a «vicealcalde». Improbable no parece, ¿verdad?

Sea lo que fuere, nos cuentan las partes que éste era el golpe de efecto que necesitaba Alicante. Los problemas se acabaron. El deporte, ya lo tenemos solucionado. Las fiestas, por el camino correcto. Las relaciones personales, de una calidad inmejorable. ¿Y la ciudad? ¿Cómo tenemos la ciudad?

10 de febrero de 2014

Alicante 2013: AVE, CAM, TRAM y otras pinceladas

La memoria de este 2013 que se escribe ya en pretérito se asienta sobre tres realidades que ya forman parte de la historia de la ciudad de Alicante, aunque son muchas más las noticias que han modelado doce meses rebosantes en lo informativo. Esos tres hechos, eso sí, coinciden en un aspecto: llegaron tarde, mucho más tarde de lo esperado por los alicantinos.

Cuando la ciudad ya se preparaba para disfrutar de las Hogueras –aunque luego la fiesta pasó a un segundo plano por la trágica muerte del pequeño Aarón–, el AVE llegó a Alicante. Y lo hizo, como es habitual, con años de retraso. En ese primer tren de alta velocidad que procedía de Madrid, viajaba a bordo el príncipe de Asturias, el presidente Rajoy y el molt honorable Alberto Fabra, entre otros. Pero afuera no había pancartas de bienvenida, no, afuera lo que hubo fue una sonora y a la postre polémica protesta, que obligó a los políticos a salir casi derrapando de la remozada estación alicantina una vez concluida la inauguración.



Apenas tres meses después de que la alta velocidad entrara en la ciudad, la controvertida línea 2 del TRAM se puso en marcha. Lo hizo casi tres años después de que las obras finalizaran, obligando a los alicantinos a demostrar una vez más su infinita paciencia. Entonces, allá por septiembre, arrancaba la conexión por tranvía entre San Vicente, la Universidad y Alicante. Empezó despacio, porque el primer día no estuvo exento de polémica. Tal fue así que el protocolario «corte de cinta» se realizó bajo tierra, en la estación de Luceros, fuertemente custodiada por la Policía. Abajo, los habituales: Alberto Fabra, José Císcar, Sonia Castedo y Luisa Pastor, que tuvieron que llegar hasta el centro de Alicante en coche oficial, ya que el viaje inaugural del TRAM se suspendió por las protestas que bloquearon las vías en varios puntos del recorrido.



Aunque para malestar, menos notorio pero más generalizado si cabe, el provocado por la CAM, con sus políticas de gestión y sus dirigentes. Durante meses, decenas de afectados se concentraron semanalmente a las puertas de la sede central, en Óscar Esplá. Por allí, hace poco más de dos inviernos, muchos directivos manejaban a su gusto el futuro de la caja alicantina. Ahora, algunos de ellos cargan con imputaciones por delitos de esos que acarrean años de cárcel. Y más de uno, incluso, ya sabe lo que es pasar una noche entre rejas. Así la CAM, con esos últimos coletazos en los tribunales, monopolizó buena parte de las conversaciones de los alicantinos en este 2013. No es para menos.



Y es que en este año que acabamos de finalizar, los ciudadanos han dejado de metabolizar el malestar provocado por tantos y han mantenido el propósito de exteriorizarlo, compartiéndolo con otras miles y miles de personas. Un hartazgo que también se ha palpado en Alicante. Tanto es así, que la ciudad ha registrado algunas de las manifestaciones más multitudinarias de su historia, aunque un peldaño por debajo de las que se vieron en 2012. Y no ha sido algo esporádico, sino que en decenas de ocasiones, miles de personas se han echado a las calles de la capital para gritar contra las políticas de los Gobiernos de Rajoy y Fabra, contra los recortes y la corrupción, contra el desempleo, los impagos a los dependientes, el copago farmacéutico, las tasas universitarias y judiciales, la nueva ley de Educación de Wert… Y así un interminable etcétera.

Pero este 2013 ha sido mucho más que AVE, TRAM, CAM e indignación social. Mientras la ciudad duda de si Ikea se instalará algún día en Alicante, el plan Rabasa –que contemplaba la construcción de unas 13.000 viviendas– ha acumulado en los últimos meses un varapalo judicial tras otro, anulando el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) el visto bueno dado por el Ayuntamiento años atrás. Y los comerciantes también dudan, pero ellos de si la liberación de horarios ha servido para algo.

Entre tanto, el Gobierno local corta de aquí y de allá para cuadrar el exiguo presupuesto de 2014, todo por esa millonaria deuda que acumulan las arcas públicas y que ha obligado a la alcaldesa Castedo a ceder el control de las cuentas municipales al Ministerio de Hacienda. Las Hogueras, por su parte, encaran este año sabiendo que las mascletàs tendrán una nueva ubicación, y es que la fuente de Luceros ya no aguanta más. Es lógico, la combinación es insuperable: materiales deficientes y una conservación aún peor.

En este 2013, Alicante también dijo adiós a dos personajes irreemplazables. El primero, Enrique Cerdán Tato, ha sido historia viva de la ciudad, ejerciendo durante décadas de cronista oficial, mientras que el segundo, Arcadi Blasco, dejó su impronta en la capital a través de reconocidos monumentos repartidos por sus calles, como el homenaje a la Constitución Española. Unas calles que muchos jóvenes alicantinos ya no pueden transitar a diario, y es que se han visto obligados a dejar atrás a sus familias y amigos para buscar alguna oportunidad laboral lejos de España. Y todo porque la ciudad que les vio nacer, siguiendo la estela del conjunto del país, ha duplicado su número de desempleados desde el inicio de la crisis, allá por 2008.

En estos doce meses, vemos que Alicante ha sonreído y se ha indignado, aunque no sé si por igual. E incluso ha sido protagonista de la actualidad nacional. Pocos medios fueron ajenos al paso por los juzgados de los dos últimos alcaldes de la ciudad, Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, o de que la «contrata del siglo» (la millonaria recogida de basuras y limpieza viaria) fuera a manos del siempre protagonista Enrique Ortiz, que también cuenta con asuntos pendientes con la Justicia y que el pasado verano tuvo que sortear la acusación del amaño de partidos vertida contra el Hércules por el obstinado presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas. Los blanquiazules, eso no cambia, mantienen el nivel de finales de 2012, ahí siguen coqueteando en exceso con la parte baja de la tabla. Aunque peores fueron las noticias que llegaron desde el Lucentum, que tras años de gloria en el baloncesto nacional no pudo evitar caer al fondo del pozo en este 2013. Pero sin desprenderse de la millonaria deuda que deberán pagar poco a poco los alicantinos y que se arrastra por el mal hacer de los gestores que han pasado por el club en los últimos años.

Y para combinar las luces con las sombras, María José San Román devolvió a su ciudad a la élite de la gastronomía. Fue en el epílogo de este 2013, consiguiendo una estrella Michelin para su «Monastrell». La chef, alicantina de adopción, presume de ser embajadora del azafrán y del aceite de oliva. Falta por ver si incluirá las setas entre sus productos predilectos ahora que están tan de moda en la ciudad de Alicante. Veremos.


*Balance del año 2013 en Alicante para el Anuario de la Asociación de la Prensa de Alicante (APA)