23 de enero de 2014

Rosell marca el camino a los imputados



Políticos imputados, tomen nota: Sandro Rosell ha dimitido. "Mi etapa aquí ha terminado". Con estas palabras, el hasta hoy presidente del FC Barcelona ha hecho pública su decisión de apartarse del club por el «caso Neymar», en el que se investiga el fichaje del jugador brasileño. El dirigente catalán, con su paso a un lado, deja al frente de la institución a uno de sus escuderos, Josep Maria Bartomeu. Pero, para los menos futboleros, no crean que el señor Rosell ha sido condenado por "distraer" dinero en el fichaje del «crack» brasileño... De hecho, ¡Rosell aún no está ni imputado! Por ahora, el juez Ruz ha admitido a trámite la querella interpuesta por un socio del Barcelona por el fichaje de Neymar, atendiendo a la posibilidad de "una simulación contractual". Sin embargo, el magistrado de la Audiencia Nacional ha asegurado que, por el momento, no es "urgente" citar a declarar al querellado. Pese a todo, Rosell ha dimitido. Se ha ido. Y no, no por ello hay que erigirle ningún monumento ni organizar un acto de agradecimiento público, pero su actitud sí podría servir como ejemplo para tantos y tantos políticos de nuestro entorno que, pese a estar ya imputados, se agarran al sillón y ni se plantean dejar el cargo, al menos de manera temporal hasta que el proceso judicial que les mantiene imputados llegue a su fin. Se escudan, como hemos oído repetidamente, en una presunción de inocencia tan manoseada que ya la pobre ni sabe dónde quedó la ética que también se presuponía a todo representante público.

Rosell, al contrario que los citados políticos [cada uno que ponga el nombre que más rabia le dé], no ocupa un cargo en un organismo público, aunque sí ha sido durante más de tres años el máximo mandatario de una institución (deportiva) de relevancia mundial. Pero él, consciente de la trascendencia del caso, ha sabido retirarse a tiempo, haciendo gala al menos de cierta honestidad, sin aferrarse al cargo como si le fuera la vida en ello. ¿A qué espera alguno de nuestros políticos para dar ese mismo paso? No será por candidatos, no... En la Comunidad, se cuentan por decenas los políticos que, estando en activo, se encuentran imputados por algún delito vinculado a la corrupción. ¿Y cuántos han dimitido? Déjenlo... A ellos, parece ser, sí les va la vida en el cargo.

20 de enero de 2014

¡Vendidos!

Un instante de tensión entre comité y trabajadores, anoche // Carlos Rodríguez 

"¡Pero, ¿qué quieren?! ¡No entiendo qué quieren!". Varias voces del comité de empresa no salían anoche de su asombro cuando la mayoría de los trabajadores concentrados a las puertas de UTE Alicante rechazaron de raíz, sin titubeos de por medio, el acuerdo "in extremis" firmado entre las dos partes protagonistas del conflicto laboral: comité y empresa. No fue sencillo alcanzar ese pacto de mínimos, en que, resumiendo, se aplazaba la huelga un mes con el objetivo de ganar algo de tiempo para continuar la negociación del convenio, a partir de ahora eso sí con la presencia de las altas esferas del Ayuntamiento de Alicante, con Castedo al frente.

Pero no sólo el comité se mostraba sorprendido por el transcurrir de los hechos, sino también los trabajadores, recelosos de todo y de todos. Los ánimos anoche, en el Pla de la Vallonga, se fueron calentando por momentos, mitigando en algunos instantes la sensación de frío intenso que presentaba la noche. Desde el principio, el alrededor de doscientos afectados demostraron su escasa confianza en sus representantes, a los que llegaron a acusar de estar traicionándoles. ¿Estáis para defendernos a nosotros o para defender la postura de la empresa y del Ayuntamiento?, se preguntaban algunos de los reunidos. También hubo insultos, incluso algún amago de ir más allá de los reproches dialécticos. Mientras, el amplio despliegue policial presenciaba los hechos con actitud relajada y cierto asombro. No era para menos.

Y es que nadie entendía nada. El comité, desbordado por los acontecimientos, ya no sabía de qué parte estaba; y los trabajadores querían huelga sí o sí. En esta tesitura, resultó complicado llegar a un acuerdo necesario. Los representantes sindicales intentaron recurrir a cuestiones legales a las que no atendían los empleados de la concesionaria de la limpieza en la ciudad. Que "si esta reunión no es una asamblea",  que "si no podéis votar porque no están todos los compañeros"... Al final, la firmeza se impuso a los argumentos y sólo los servicios mínimos pudieron salir a la calle. Bueno, salieron más vehículos de los estipulados por el Consell, dando lugar al instante más tenso de la noche. "Nos estáis mintiendo y tomando por tontos", "sois unos vendidos", salpicadas por graves insultos, fueron algunas de las acusaciones que recibieron los miembros del comité, que se pasaron la noche yendo y viniendo a improvisadas reuniones internas. Escondiéndose, decían algunos, visto lo caldeado que estaba el ambiente afuera. "¡No puede ser que cada vez que salga alguien del comité os echéis sobre él y no le permitáis ni dar explicaciones", se intentó mediar sin excesivo éxito.

Con el paso de la noche, y ya con los servicios mínimos en faena y los vehículos excedentes de vuelta a las instalaciones, la calma fue haciéndose hueco. Veremos hasta cuándo... Mientras se deciden, voy a por el coche para tirar la basura. Y es que algunos alicantinos (los del centro, por ejemplo) tenemos la "isla" de contenedores más cercana a exactamente 1,9 kilómetros de nuestra casa. A un paseíto, vamos.