31 de diciembre de 2011

Valores que nunca fallan... ¡Feliz año!

El año ya se nos escapa entre los dedos. Sin remedio. Tampoco haremos muchos malabares para retenerlo. No vale la pena. Pese a ser impar, no se lo merece. Mejor será dejarlo ir, en paz y gloria, y trabajar, que no dejarlo en un vago deseo, para que 2012 mejore las perspectivas de futuro.
Recuerdo, como si lo hubiera visto hace un instante, la entrada que firmé casi un día como hoy un año atrás. Y admito que no me ha gustado lo que he leído. Con el poso del tiempo, no me reconozco. Mucho flujo negativo en las palabras. Demasiado. Así que hoy no será así. Lo prometo.
En realidad nunca me gustaron los balances. Tampoco las listas y menos los propósitos. Pueden ser sinceros, pero nunca objetivos. Tendemos a la subjetividad, tan humana, cuando nos ponemos a la tarea de seleccionar momentos bueno, malos e inolvidables. ¡Y qué decir al marcarnos objetivos!
Una servidora peca de realismo y exigencia. Admito que suelo imprimir demasiada verdad a la vida: no suelo confiar en las promesas, no me valen los juramentos y sólo creo en los hechos que ven mis ojos… y no siempre. Por otro lado, cada día que acumulo me convierto en una persona más autoexigente. Ambas cuestiones tienen su carga positiva, no nos engañemos, pero también te invitan a arrastran cierta frustración durante todo el camino. Más, tal vez, de la necesaria. Más de la real.
Pero este 2012 va a ser distinto. No son desafíos para el nuevo año. Es una sensación. Creo que este curso olímpico que empieza en apenas unas horas va a suponer un cambio en mi vida. Y espero que sea algo compartido. Lo presiento. Me veo recorriendo medio mundo, con parada obligada en Nueva York y deseada en el Lejano Oriente. Me veo cerrando el currículo con un segundo y definitivo máster. Me veo con nuevos horizontes profesionales. Y me veo, sobre todo, con nuevas ilusiones.
Nadie, ni la crisis ni sus gestores, merecen borrarnos la sonrisa. Así que démonos el placer de hacer lo que la gente nos dice que no podemos hacer; tengamos un sueño incumplido porque eso significará una meta por alcanzar; expongámonos a arrepentirnos de hechos, mejor eso que arrepentirse de no haber hecho nada; recordemos que mientras alguien nos descuida, siempre hay otra persona que hace lo imposible por tenernos en su vida; persistamos hasta alcanzar el éxito; sepamos que no siempre conseguiremos lo que queremos, pero estemos seguro de que vamos a conseguir lo que nos merecemos; no lloremos por lo perdido, luchemos por lo que aún nos queda en el camino; admitamos que quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación, y no dejemos nunca nuestra felicidad en manos de aquello que no dependa de nosotros.

Seamos auténticos, fieles, honestos, valientes y leales. Desde este refugio, tan personal como compartido, deseo que tengáis un desarrollo óptimo de vuestro proyecto personal y profesional para 2012. Os dejo, que se me enfrían las gambitas... Lo dicho: ¡Feliz año! Lo merecéis, seguro.

Un decálogo... y un poco más

Como parodia final de año, circula por las redes un decálogo (algo extendido) de afirmaciones relacionadas con el canallesco universo del periodismo. No dejan de ser un compendio de tópicos, es cierto. Algunos, como toca, exageraciones casi impúdicas… y no me refiero a la entrevista en cuestión. Ya verán de qué hablo... Pero otros, no me lo podrán negar los que viven de este oficio, resumen a la perfección aspectos marcados a fuego en el periodismo. Echémonos unas risas antes de dar carpetazo definitivo, no sé si para bien o para peor, a 2011. Ahí va…

1. En treinta minutos escribes un texto de una pantalla.
2. Corriges la gramática de un ser querido en una carta.
3. Reemplazas uno de los alimentos por café.
4. Tienes tu propio escáner de policía.
5. Comes en el coche más veces que en una mesa.
6. Te han despedido o echado sin ninguna razón.
7. Has olvidado cómo es tener un fin de semana libre.
8. No puedes leer un periódico sin buscar errores tipográficos.
9. Has aprendido que es parte del trabajo que te digan “vete a la mierda”.
10. Te despiertas con sudor frío pensando que olvidaste cambiar la fecha en la página X.
11. Dedicas tu tiempo libre para dar con el lead perfecto.
12. Duermes en tu coche y no porque hayas estado muy borracho para conducir a tu casa.
13. Encontraste esa fina línea entre el acoso y la persistencia.
14. Si necesitaras libertad bajo fianza, la primera persona que llamarías sería a tu jefe.
15. Analizas los plenos municipales del modo que los periodistas deportivos analizan el fútbol las noches de los lunes.
16. Crees que es normal trabajar 16 horas al día por el pago de 8 horas.
17. Has realizado una entrevista telefónica completamente desnudo.
18. Puedes escribir una entrevista completa en una servilleta.
19. Amenazaste con renunciar por una decisión editorial.
20. No podrías imaginarte haciendo otra cosa.

29 de diciembre de 2011

Un poquito de atención, por favor

Monumento infantil de Fogueres en Nadal 2011

Por inercia, cuando no es por trabajo, todos los años recalo en la hoguera que planta la Federació de Fogueres en la Plaza de las Flores, ahora del 25 de Mayo. Me gusta detenerme con cierto detalle en el trabajo que realizan los alumnos del curso de Artistas Plásticos Constructores de Hogueras, que se desarrolla durante un año escolar y forma a desempleados inscritos en el Servef en la especialidad de artista plástico especialista en Hogueras. Este año, los jóvenes han sido los encargados de levantar "Al son de la Navidad" y "Vacaciones navideñas", los monumentos adulto e infantil de Fogueres en Nadal, construidos en el taller del maestro Pascual Domínguez, expresidente del Gremio de Artistas de Alicante.

Escena de la hoguera infantil

Tras pasear con cierta calma alrededor de la hoguera adulta, siempre en el sentido opuesto al marcado por las agujas del reloj, me he dirigido al monumento infantil, que recoge escenas protagonizadas por personajes de inspiración infantil como Pinocho o Pepito Grillo. Y ahí... ¡horror! ¡Que me devuelvan mis ojos! En una de los carteles críticos se podía (mal)leer…


Uno de los carteles... con un 'ocico' incluido
 


El autor del fallo, nada baladí, debe tener nombre y apellidos. Uno de los jóvenes debió coger el rotulador y plasmar negro sobre blanco los cuatro versos… Y sin eximirle de un ápice de responsabilidad, otros debieron supervisar ese trabajo. Rechina y queda poco elegante que una hoguera, más si tiene carácter oficial, ofrezca al visitante errores ortográficos de escala básica. Los alumnos no son profesionales. Otros, sí. Un poquito de atención, por favor.

Imposible que existen

Un periodista debe tener los ojos bien abiertos, ésa es la parte que peor llevo del oficio, lo demás se me da bastante bien.
Me llamo ____ y soy periodista. He estudiado y he ejercido lo suficiente para decir aún que soy periodista, aunque ahora trabaje en un bar. Pero me da miedo que pronto no pueda decirlo. Dedico al trabajo once o doce horas diarias, seis días a la semana. Sé que suena raro e ilegal, pero sólo es ilegal. Yo lo acepto porque me dan dinero a cambio. Pago el alquiler, compro comida y tabaco y ahorro tanto como puedo para dejar el trabajo pronto.
Con el periodismo ni siquiera se puede pagar el alquiler. El periodismo es una especie de estafa piramidal, en la que los que aguantan se alimentan de las nuevas vocaciones, a las que se les entregan las migajas de un negocio que además está en continua crisis. No me gusta que sea así, me repatea, pero quiero ser uno de los que aguanta. No se me ocurre otra cosa a la que dedicarme con la pasión, con la naturalidad con la que hago periodismo.
Cada día me digo que soy periodista, me lo digo con insistencia, me lo recuerdo. A menudo pienso en una palabra que conozco bien, soy periodista, conozco bien muchas palabras. La "alienación", el proceso por el que el individuo o la colectividad transforman su conciencia haciéndola contradictoria con lo que cabía esperar de su condición. No quiero eso.
Aquí todo me resulta extraño, inútil, difícil o directamente aburrido. Con un poco de suerte, intercambias unas palabras con un cliente o con un compañero que resultan ser provechosas. Además, te dan las gracias como 500 veces al día. Y eso ayuda, pero no es algo que yo sepa ni que yo quiera hacer.
Yo no creo en Dios ni en ningún tipo de justicia universal. Yo no creo que mi esfuerzo vaya a ser recompensado con ningún importante trabajo que aparezca de la nada. Pero tampoco creo que haya ninguna poesía o belleza en conformarse y ser feliz con lo que la vida nos pone por delante. Cualquier puede ser feliz. Yo soy feliz... Durmiendo con mi chica o cuando recibo algún paquete con comida de mi madre o perdiendo el tiempo en algún parque con mis amigos. Eso no tiene mérito, eso es mera adaptación. Lo excepcional, lo importante, lo único que merece el esfuerzo, un esfuerzo sostenido y continuo, es el intento de vivir las 24 horas del día con la tranquilidad de saber que uno está donde debe estar y hace lo que sabe y quiere hacer. Eso es una cosa que a menudo despreciamos. Conseguimos un trabajo sencillo y medianamente bien pagado y dejamos que el piloto automático nos lleve a través de la jornada laboral. De vuelta a casa, ya nos despertarán los seres queridos. En definitiva, vivimos a tiempo parcial, y no hay ninguna poesía en eso.
Espero dejar esto pronto, me da miedo aprender, aceptar, encontrar mejores maneras de pasar las horas, los días, hasta ser razonablemente feliz y encontrarme un día, dentro de unos años, con que he consumido mi juventud a medias, indolente y resignado. Me da miedo pensar que no repetiría ni uno solo de mis días de trabajo. Que no soy capaz de hacer nada de lo que se esperaba de mí, nada de lo que yo esperaba de mí mismo, nada de lo que cabía esperar de mi condición. Me da miedo mirarme un día y no saber si soy el periodista o el camarero.


El protagonista del corto se llama Nacho y presume de deje sureño. Pero somos muchos los candidatos, con nuestras respectivas identidades, que tememos interpretar, más pronto que tarde, el papel de periodista que sirve copas, vende camisetas o vacía cubos de basura. Trabajos, éstos y otros muchos, tan dignos como el de contar historias, pero que no requieren ninguna cualificación. A mí también me da miedo, más en este paisaje que nos acoge, comprobar dentro de unos años que no soy capaz de hacer nada de lo que yo esperaba de mí misma. Me da miedo mirarme un día y no saber si soy periodista o vete tú a saber qué…
Pero ya habrá tiempo para taponar la hemorragia. Hoy algunos todavía podemos esbozar sonrisas, algunas sinceras, otras más forzadas por las circunstancias, y creer en los imposibles. Dice Maldita Nerea, un grupo en ebullición con letras seductoras y ritmos armoniosos, que la vida crece entre los matices. Pero este grupo, liderado por un logopeda de profesión, no se limita a escribir letras. Sus mensajes, optimistas y algo ingenuos, se transmiten en sus videoclips, que te endulzan la mirada en cada final... Sólo por eso, merecen ser escuchados.

28 de diciembre de 2011

Inocentes resabiados

Regreso a casa, sweet home, con una sonrisa dibujada en la cara. Me he reconciliado con la vida. Al menos, de momento. No deja de ser una anécdota. De hecho, sólo es una anécdota. Un hecho puntual. Pero un hecho, a la postre, que me permitió mirar de frente al destino durante mis últimas horas en Madrid. Se terminaban ayer los días familiares en la capital con un regusto que no sabía si decantarse hacia la escala amarga o dulce. Estar con los tuyos, sin echar en falta a nadie, resulta todo un motivo de alegría. Disfrutar de los pequeños del clan, toda una satisfacción. Pero la abstracción parece imposible cuando te llegan desde la terreta, para quedarse, cuestiones que deberían ser repelidas por unas fechas envueltas en mensajes de paz y amor. También en consumismo, pero no viene al caso. Terminaba, decía, el periodo vacacional con un balance algo incierto cuando conocí a una pareja de novios. Hasta ahí, nada extraordinario. Bueno, para ser precisos, una pareja ya prometida. Después de una relación no demasiado larga y tras compartir techo los últimos meses, se habían decidido por dar otro paso más. En los ojos desprendían mucha verdad. No tenían nada que fingir, y aún menos que demostrar. Estaban felices. No hubo papeles en la presentación, pero seguro que ninguno de ellos cumplía ya los sesenta. Ambos tenían mucha vida a sus espaldas, plagada de éxitos y también de fracasos, como la vasta mayoría de los mortales tras más de seis décadas de continua batalla. Ahora, esa experiencia les animaba a pregonar, sin pudor, su felicidad. Parecía ser eterna, inquebrantable. A mí, lo reconozco, me la contagiaron. Me insuflaron parte de esa vida que ellos queman, día tras día, a fuego fuerte. Sin miedo a que una corriente traicionera les deje tan sólo con el humo de lo que fue. Puse pie en Atocha aún con una sonrisa dibujada en mi cara. Todavía la esbozo cuando recuerdo sus miradas, su generosidad.

Pero es automático. Retomas la rutina y el camino empieza a coger pendiente. Siempre picando hacia arriba, como los buenos puertos de montaña. Intentas, en la fase de aclimatación, ponerte al día en las tareas pendientes y rascar en tantas noticias que han dejado en tu archivo poco más que titulares durante la última semana. Aunque tampoco hace falta irse muy lejos en el calendario. Te levantas con el préstamo pedido por el Ayuntamiento para poder hacer frente al pago de la nómina de los funcionarios. Tuerces el gesto. Luego, a media mañana, mirada a Zarzuela. Turno para unas cuentas de la Casa Real que tantas horas de informativos han consumido este Día de los Inocentes. De poco sirven, dicen lo justo para que el ciudadano medio pueda defender, de verlo conveniente, la transparencia de la Familia Real. Bien está si tantas informaciones fomentan la conversación de cafetería. Puro chismorreo, en realidad, mientras no se detalle el coste total que supone al Estado mantener al Rey y parientes. Luego, muy de pasada, aparecen en escena los sindicatos. Por obligación, claro, tras el anuncio del Gobierno de la congelación del Salario Mínimo Interprofesional. Entiendan ustedes que después de tantos años de apoltronamiento resulta difícil saltar de la silla como un resorte. Pronto se les pasará, no padezcan. La dosis legal procede del Tribunal Supremo. Con José Tomás -al que llamábamos sastre y ahora se reivindica como director de moda- ya en su casa, el TSJ de la Comunidad Valenciana ha perdido todo interés mediático. No obstante, la justicia siempre nos tiene en sus pensamientos. Y, ya saben, el morbo está asegurado cuando se juntan las togas con la política. José Blanco, Pepiño, tiene tras de sí una sombra de duda en relación a posibles delitos de tráfico de influencias y cohecho. ¿Qué han dicho unos y otros? Fácil. Lo que se escuchó en torno a Camps... pero al revés. Desde Génova se ha apuntado que el “futuro político” del gallego es “más que oscuro”. Desde Ferraz, ya verán: “Así podrá defenderse”. ¿Les suena? Exacto, lo mismito que vino a declarar el que fuera Molt Honorable en su día. Ahora, entre transición defensa-ataque, ‘Cans’, que diría el abogado de la acusación popular, anda enfrascado en una absurda pelea de machos cabríos con el magistrado Juan Climent. El expresidente, en esta batalla, porta espada de madera. Él, que ya empieza a tener experiencia, verá qué hace... No está para murgas ni chirigotas.

Pocas inocentadas, más allá de cuatro bromas con cimientos de paja, se han colado este 28 de diciembre en los medios nacionales. Se podía haber ampliado la oferta, por ejemplo, con las imágenes del último adiós a Kim Jong-Il, el líder comunista de Corea del Norte. Las imagenes cedidas por la televisión estatal parecían de guasa, pero en realidad casi que daban más miedo. También, hablando de bromas, se habría agradecido que “Torrente 4: lethal crisis” no fuera la cruz de guía del cine español en este 2011. Pero lo ha sido. Con todo lo que lleva implícito. Ya dijo recientemente el nuevo ministro de Cultura, José Ignacio Wert, que el Gobierno “no quiere acabar con las subvenciones de la cultura, pero sí con la cultura de las subvenciones”. Son palabras, nada más, pero pueden esconder el enigma. De haberlo, claro.

Concluye el día, ya contando las horas para despedir a este año preolímpico, con el deseo de cerrar los ojos bajo la sombra de una sonrisa. Paso de las bromas típicamente tópicas. Pienso en esa pareja de prometidos... Ya está. Es automático :-)

21 de diciembre de 2011

Mensajes envenenados



Me voy de vacaciones. Ya lo estaba desde hace unos días (tres, por eso de ser exactos), pero ahora me voy. Así, literal. Con todo, no podía hacer la maleta sin ver antes cómo el país se ponía en movimiento. Ya ha arrancado, ya tenemos Gobierno… Ahora sí que es el momento de hacer kilómetros. Ahí dejo a un Ejecutivo con sólo cuatro mujeres (para trece carteras), con un ministro responsable del estallido de la crisis financiera mundial (De Guindos) y otro que fabrica bombas de racimo (Morenés), un catalán (Fernández Díaz), un guiñol de Aznar (Soria), la del Jaguar (Mato), un inmigrante digital (Wert), un esquilmador petrolero (Arias Cañete), un doctor por la UMH (Margallo) y Gallardón, que se basta sin presentaciones. No está mal. También se podrían analizar los nombres elegidos por Rajoy sin tirar del manual de la demagogia, sin simplismos exacerbados, pero sería menos divertido… Además, después de tener a Aído, Pajín y demás fauna política (tercera acepción, no se me exciten) al frente del Gobierno, cualquier biografía sabe a poco.

Imagino a estas horas de la noche a Esteban González Pons, al valenciano, aún frente a su teléfono de última generación, esperando una llamada que nunca (por ahora) llegará. Rajoy le dejó sin portavocía y ahora sin ministerio. ¿Le tendrá reservado para el Congreso del PP? Veremos. Mientras tanto, ahí sigue Esteban, sin esperanzas, con la mirada perdida en su Iphone…

Ya la quitó, la mirada, digo, Rubalcaba de la pantalla de eso que dice tener por móvil. Allí, forzando la vista, pudo leer ayer, durante la investidura de Rajoy, que Gallardón iba camino de Defensa. Se lo contaba una informadora del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. Entenderán, con ese tipo de fuentes, que el Partido Popular, pese a todo, saque mayoría tras mayoría en la capital de España. Pese a todo: pese a la millonaria deuda, pese a llevar a Botella como segunda en la lista… Pese a todo eso. Ahora, como castigo, la señora de Aznar, de las peras y las manzanas, tomará las riendas del principal consistorio del país. Puede renunciar, pero no veo un ‘caso Ripoll’ en la Villa. No.

Ese mensaje de móvil que anunciaba a Rubalcaba el destino, equivocado, de Gallardón ha dado vida a los primeros debates en las redes sociales de este penúltimo martes de 2011. La imagen del aparato del último candidato socialista a La Moncloa ha sido hoy portada de El Mundo. Ahí es nada. Mucho se ha hablado de la intimidad y de la libertad de información, conceptos que demasiados intercambian en función del interés: hoy defiendo uno y mañana el otro... Yo, en este asunto, mantengo la misma opinión que expresé hace hoy justo tres meses, cuando se publicaron unos mensajes de contenido similar en Alicante. En ese caso, la protagonista era Sonia Castedo. Ella también estaba en las Cortes, en concreto, en las autonómicas. Y también un “perspicaz” fotógrafo fue capaz de captar los textos que intercambiaba la alcaldesa de Alicante con la portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento, Marta García-Romeu. Un mérito relativo, a mi entender...

Yo, en concreto, no entro en cuestiones legales. Si un periódico publica esos mensajes (sean de Castedo o Rubalcaba) es porque tiene la seguridad de que no incurre en ningún delito. O eso quiero pensar... Voy más allá. No discuto de libertades ni derechos, sino de postulados éticos. Y, para mí, utilizar un teleobjetivo para captar una conversación privada en un móvil choca con el respeto (no hablo de derechos) a la intimidad. Tendrá lugar en un lugar público, ellos serán personajes públicos… Todo lo que quieran. Acepto esos atenuantes y alguno más, pero creo, firmemente, que utilizar esas artimañas para leer unos mensajes de móviles (que, para más inri, poco dicen) sobrepasa cualquier frontera ética. Las mías, al menos, seguro. O todos jugamos con las mismas reglas o rompemos la baraja. Defender la postura contraria puede que resulte más 'cool', más canalla... Pero hay artes que no concibo. Mis perdones.

PD: Y mañana, el Sorteo Extraordinario de Navidad. Dicen que llega el gordo más gordo de la historia de los gordos. Bien irá si mantenemos la salud, porque como nos toque (encabezo la marcha) depender de las otras dos patas de la silla... Y vayan diseñando con calma el proyecto personal y profesional para 2012. Queda tiempo, sí, pero siempre mejor si la inspiración les coge con la pluma en la mano.

20 de diciembre de 2011

Como anillo al dedo

Hay días en los que uno no se levanta con ganas de sonreír, ni mucho menos de hacer sonreír a los demás. Esos días en los que la realidad parece tener un solo punto de vista: el negativo. No es falta de inspiración, es el mal rollo que te contagia… O esa sensación de que el mundo no está para bromas […] Maestro, ¿se puede ver cada día el lado bueno de todo con la que está cayendo?



“Cómicos” es el anuncio de Campofrío para estas navidades. La creación publicitaria, escrita por McCann Erickson  y dirigida por Álex de la Iglesia, ha reunido a destacados humoristas del panorama nacional para reivindicar el papel del sentido del humor en estos tiempos de crisis. Además, la pieza audiovisual rinde homenaje póstumo a Miguel Gila. Una pequeña obra (de arte) que te atrapa desde su inicio y te acaba por robar una sonrisa al final... ¡¡Una sonrisa, no hablamos de nada baladí!!

18 de diciembre de 2011

Un sábado en el que todo vale

No iba a ser un sábado normal. O, al menos, con ese ánimo puse pie en tierra. Primero, siempre, el derecho. Por cuestiones mecánicas, nada de supersticiones. El despertar ya fue distinto: ni una obligación laboral a la vista. En la agenda, por la mañana, sólo figuraba la sesión de peluquería. Un masajito capilar por aquí, un igualar las puntas por allí y una llamada del periódico… para no variar. "¿Hoy no vienes, verdad?", escuché al otro lado de la comunicación. “Exacto. Ni estoy ni se me espera”, vino a ser la respuesta. Pasado el conato de sobresalto, seguimos con la relajación. Ya con cada mechón en su sitio, sin libertad de movimiento para las próximas veinte horas, llegó el turno para disfrutar de un aperitivo sin reloj…

Todo salía según el plan preestablecido: comida, una dosis controlada de sofá, paseo por el centro, penúltimas compras de regalos de Navidad… Y así, hasta eso de las ocho de la tarde. Entonces, a prepararse para la cena de empresa. Un poco de chapa y pintura, y camino del restaurante. Este sábado, por fin, tocaba cenar a una hora prudencial. Nada de llegar a los entrantes cuando el resto ya enfila el último plato. Esta vez, no. Un poquito de jamón, taquitos de queso, foie, ensaladas varias, setas aderezadas, bacalao, solomillo y algo afrodisiaco de postre… Una mirada a esta mesa, otra a la de más allá. Falta éste, ha venido aquél... Vinos, aguas y demás bebidas, antes del tradicional sorteo de Navidad. No hubo gordo, y tampoco fortuna, si atendemos por suerte que tu número se empareje al regalo más deseado por la mayoría. Mi madre, ¡cosas de madre!, anda encantada con su lote de cuchillos (?), y no hay mejor regalo que la sonrisa de una progenitora. Yo tiraba por los cacharritos tecnológicos, pero... El sábado, en el que se echó más de menos que demás, continuó con bailes, conversaciones y vasos que pasaban por la mano sin ánimo perpetuo. Tras la primera copa, llegó la criba inicial de personal. La siguiente, a eso de las tres de la madrugada. El resto, ya por camaradería, nos quedamos a cerrar las puertas. Echamos la llave, y desde el punto de fuga de La Cantera tocó devolver a sus respectivos domicilios a los más perjudicados. Para seguir con la tradición, mi trayecto concluyó en San Juan. De ahí, un paseo relajante hasta casa. Ni un alma por la calle, tampoco eran horas. Así, ante semáforos en rojo sin función objetiva, cargaba otro cartucho de una jornada diferente. Sin trabajo, de cena con los compañeros y fiesta de amigos...

No había sido un sábado normal, sin duda. Aunque, dicho todo, tampoco había alcanzado el grado de excepcional deseado. Para ello, faltaron ingredientes para condimentar al gusto la jornada. Pero el sábado no concluyó al llegar a casa, cuando el reloj ya enfilaba camino de las siete. El punto final llegó minutos más tarde, al cerrar los ojos y poner la mente a volar. Antes, por cumplir en algo los patrones diarios, me di una vuelta por las cuentas privadas: correo, alertas, redes sociales… Y ahí me encontré con la mejor imagen de la jornada: ni Pepito (nombre figurado) borracho ni Marianito (no más real) tirando la caña por si alguna dorada despistada mordía el anzuelo… Nada de eso. El Banco de España, ya sin caretas, felicita esta Navidad con una tarjeta en la que se muestra un detalle del mural del palacio del príncipe Mdivani en la antigua abadía de San Gregorio de Venecia. Hasta ahí, todo normal. Todo normal hasta que se observa el fragmento escogido de la obra del catalán Josep Maria Sert. El BdE se ha decantado, en estos tiempos de crisis, amor y paz, por una escena en la que dos jóvenes intentan evitar que otro caiga al vacío. Si se cree en las casualidades, aquí se acaba la cuestión. Si se va más allá, llegaría el juego de identificar a los protagonistas del mural. ¿Quién es quién en la escena de Sert? ¿El Banco de España sujeta, a la desesperada, al sistema financiero para que no se despeñe? ¿Se podría referir sólo a las cajas? ¿Recuerda a la ola de suicidios en Société Générale y France Télécom? ¿Habla del fracaso sin fronteras de la actual coyuntura económica? Con MAFO, “vale tudo”.

16 de diciembre de 2011

Duru duru duuruu duru duru du...

Sonaba hace unos días en la radio. Era por la mañana, durante un Hoy por Hoy de Francino. Fijé tarde la atención y ya sólo me quedé con el ritmo de su último tema. Fantástico. Blues, soul y toques de pop-rock. Apunté, eso sí, su nombre: Juan Zelada. Con ‘z’, recalcaba la periodista. ¡Y qué bien suena! Huele a Londres, a Robbie Williams, a bandas históricas... Él es madrileño y voló al Reino Unido para cumplir su sueño. Hoy, cinco años después, va camino de convertirse en en una realidad tras contar con la bendición de la BBC Radio. Compositor, pianista, guitarrista y cantante, se inició en bares y llegó a telonear a Amy Winehouse. Ahí es nada.

Su primer trabajo, “What do I know", vio la luz en 2009, luego lanzó "The Storty of Stuff", con temas como "Yo confieso", compuesto a partir de mensajes de sus seguidores en Twitter. Este año, ha dado otro paso con creaciones como "Breakfast in Spitalfields" y "The Blues Remain". Ahora está de gira por España y pronto regresará a las islas para continuar con sus directos. Mucho le queda todavía por andar. Pero está demostrando que los sueños, si los trabajas, los persigues con ilusión y te esfuerzas, a veces se hacen realidad.


15 de diciembre de 2011

Todo tiende a empeorar

Si ya lo dicen los abuelos, sabios por experiencia… “Cuando algo empieza mal, acaba peor”. De combinar el desayuno de los perezosos o el vermú de los impacientes con un partido de fútbol no puede salir el mejor cóctel. Menos, si lo agitamos en una jornada laborable. Pero, en el Mundial de Clubes, nothing is impossible (que acuñó la multinacional deportiva alemana), desde el horario matinal para los europeos hasta una semifinal entre el todopoderoso Barça y un club de segunda regional. No obstante, la victoria, que ya era un hecho antes de saltar al césped, le ha acabado saliendo muy cara al conjunto azulgrana. En concreto, pírrica, en su acepción original. A Pirro, rey de Epiro, el triunfo frente a los romanos le costó la vida de miles de sus hombres. A Guardiola, perder a uno de sus referentes ofensivos. La escalofriante imagen de la rotura de la tibia de la pierna izquierda de David Villa, en la recta final del primer acto, bien vale que el Barça vuelva a pisar la ciudad condal con el trofeo que distingue al mejor equipo del mundo bajo el brazo. Será un consuelo menor, pero el Guaje lo merece. Si la plantilla echaba en falta algún elemento motivador, ya lo tienen.
Arriba, Villa con la tibia rota. Abajo, un simple lance de juego. Contrastes...


Pero como todo lo que se tuerce acaba hecho ruinas (Torre de Pisa, al margen), los rumores de toda la jornada se han acabado por confirmar a última hora de la noche. Amaiur no tendrá grupo propio en el Congreso de los Diputados. Suena bien, pero rechinará no tardando mucho. La decisión, tomada por el PP y apoyada desde la barrera por PSOE y CiU, impide que la formación vasca se garantice al menos un representante en todas las comisiones parlamentarias y en la Diputación Permanente, el disfrute de voz propia en la Junta de Portavoces y el ingreso de unos 30.000 euros mensuales como subvención, entre otros beneficios. Con todo, el peaje que tocará pagar será mucho más caro. El victimismo de la izquierda abertzale, que consiguió en las urnas seis actas de diputados, va a superar cotas insospechadas. Al tiempo. Más allá del debate del respeto o desprecio a los resultados electorales, puede que los dos principales partidos de ámbito nacional, PP y PSOE, echen la vista atrás de aquí a un año y medio y recuerden con fatalidad este 15 de diciembre de 2011. Las elecciones al parlamento vasco están a la vuelta de la esquina (marzo de 2013, si se cumplen los plazos) y, de mantener esta determinación política, la hecatombe de ambas formaciones puede ser de órdago. Del hito de la llegada de un socialista a la Lehendakaritza… ¡a vete tú a saber qué! Todo tiende a empeorar. Que se lo pregunten al ministeriable González Pons.

14 de diciembre de 2011

Los indignados, la última pieza del puzle

La revista Time ya ha decidido quién es el personaje del año. En este 2011, no tiene nombre y tampoco un perfil definido, pero sí un sentimiento común: la indignación. Unos, cabreados con las dictaduras que amordazaban a sus países; otros, cansados del vigente sistema financiero o de las corruptelas que salpican día sí y día también a la esfera política. Todos, a la postre, dispuestos a luchar por un futuro mejor. Unos alcanzaron sus objetivos, otros siguen en la batalla… Todos han tenido el reconocimiento de la cabecera que, en otros, recoge el testimonio de dos españoles: Olmo Gálvez y  Carmen Rodríguez. "The protester", person of the year.
Portada del anuario de 2011 de Time

Resulta paradójico, siendo benévolos en la expresión, que la publicación norteamericana haya configurado una lista con tantos puntos en común en el último lustro. Después de sorprender en 2006 con el título honorífico de “personaje del año” a los ciudadanos, le llegó el turno a Vladimir Putin, presidente de Rusia por aquel año. Hoy, parte de esos indignados, se manifiestan en las calles de Moscú contra el Gobierno ruso (con Putin como primer ministro) por muchos y variados motivos, con un presunto fraude en las últimas elecciones parlamentarias como última gota. Un año más tarde, en 2008, fue el momento de Barack Obama, primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos, premio Nobel de la Paz y ahora uno de los objetivos de las críticas de los indignados, sobre todo de los que se hicieron fuertes en Wall Street. Aunque el broche de oro se otorgó en 2009, al destacar la figura de Ben Bernanke, actual presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. El capital, al poder. Un año más tarde, en el reciente 2010, Mark Zuckerberg saltó a la portada más esperada de la revista. Al frente de Time, el fundador de la red social Facebook, una de las herramientas que han contribuido al éxito de las protestas en medio mundo. Así que llegando al epílogo de 2011, no había mejor colofón que cerrar este último lustro de premiados con el reconocimiento a los indignados. Time no podía dejar pasar la ocasión. Resultaba muy jugoso. De Putin a Facebook (su ideólogo), pasando por Obama, los indignados y Bernanke. Ahí queda eso.


Sentencias a un clic


No me negarán que hay cuestiones que atentan contra la capacidad crítica de cualquier ser humano. Navegando por la red, me he dado de bruces con una encuesta en un diario digital que pregunta acerca de la inocencia o culpabilidad de Camps. Pero no lo hace a través de la formulación básica (¿Cree usted que el expresidente…?). No. Todavía se puede ir más allá. El periódico pretende que el internauta dé otro paso y le invita a ponerse en la piel de uno de los nueve miembros del jurado. Una invitación envenenada, ya que transmite la idea de que el lector, que puede pasar por ese digital antes de recalar en cualquier página de mala muerte, maneja la misma información que aquellos ciudadanos elegidos para participar activamente en la Administración de Justicia. Habrá casos y casos, con sus excepciones, pero proponerle a un internauta que tome asiento en el banco del jurado y determine la culpabilidad de un acusado... resulta, cuanto menos, ofensivo. Visto lo visto, lo siguiente será un juicio interactivo. Ya lo veo: desde el sofá de casa, durante el bloque publicitario de la serie de éxito, condenar (o absolver) a un acusado con un solo clic de ratón… ¡Ché, a qué velocidad progresamos!

Hoy, como estaba previsto, se ha producido la deseada imagen. Francisco Camps, en el banquillo de los acusados. Y no vale con esa instantánea. Cuan más expresivo sea el gesto del expresident, mejor. Más vende. La letra pequeña, las cuestiones procesales... son otro cantar. Esas líneas, mejor, se quedan en el fondo de la copa. Demasiado farragosas para el público objetivo. Los ciudadanos, algo indiferentes a los cargos de corrupción, no pasan del anecdotario. Sólo hay que echar un vistazo a los vídeos que ofrecen los digitales. Vemos el conato de enfrentamiento entre Camps y Sabadell (no el banco, sino la fiscal), las “cosas bonitas” que le dedica Camps a El Bigotes, sus caras durante la escucha de las conversaciones intervenidas y el paso de niña a mujer de su hija. También descubrimos que Camps tiene un chaqué de Emidio Tucci, que es "austero", "racanillo" y "entrañable", la mala cobertura en la A7 y el supuesto interés de sus conciudadanos en que vaya bien vestido. Y, cómo no, ponemos voz a hits como “amiguito del alma”, “te quiero un huevo” o “para muchos años no, hijoputa, para toda la vida". Esos chascarrillos tan nuestros...

La declaración de Camps en el TSJCV ha suscitado un destacado interés mediático. De hecho, la noticia ha figurado en los titulares (en segundo lugar, por norma) de todos los informativos de las cadenas nacionales; las radios, por su parte, también han simultaneado el juicio con las novedades surgidas en el Congreso, y los digitales, a estas horas, abren ediciones con declaraciones del expresidente. No obstante, el proceso judicial no ha atraído la atención de los internautas (y, por extensión, de los ciudadanos). O no el suficiente para aupar las novedades al 'top ten' de las noticias más leídas. Tampoco ha conseguido colarse como Trending Topic de Twitter, otro termómetro del interés de los lectores. Parece, de nuevo, que la corrupción interesa más a los periodistas y a la oposición (de turno) que a los ciudadanos, más preocupados por cuestiones domésticas. Ya se comprobó en las dos últimas consultas electorales. Y ahora se percibe en el primer día de juicio efectivo. Somos lo que se ve. Sin más.

13 de diciembre de 2011

Aprender a vivir la vida

Imagino que recordarán aquella noticia, al límite del milagro, que puso el foco mediático sobre Nueva York allá por el idus de enero de 2009. Vean.


Sí, exacto. Me refiero al amerizaje de un avión de la aerolínea U.S. Airways sobre el río Hudson. El piloto, con una experiencia de cuatro décadas sobrevolando el cielo, consiguió salvar la vida de los 155 pasajeros y del resto de la tripulación con una maniobra de manual después de que una colisión con una bandada de pájaros dañara los motores de la aeronave. Chesley Sullenberger se convirtió en héroe nacional, pero hoy rescato las palabras de Ric Elias. Él, uno de los afortunados que salió a pie del aparato, sintetiza los pensamientos que sobrevolaron su mente en los que, a priori, iban a ser los últimos segundos de su vida. Directo, sin preámbulos. 



Puede que no diga nada fuera de lo común. No se pronuncia sobre la velocidad de los neutrinos ni fórmulas mágicas de la Coca Cola. Pero a mí, hoy, me ha servido como un toque de atención. Son apenas tres minutos que pueden contribuir a ver el mañana con otros ojos. Nunca con los suyos, por supuesto. Las experiencias, ya es sabido, se viven… no se cuentan. Pero como bien señala Ric Elias, pocos pueden presumir de ser tan afortunados. “No todo el mundo tiene la suerte de poder ir al futuro y volver para aprender a vivir la vida de otra manera”, apunta. En su intervención, habla de experiencias pendientes, de egos, cosas importantes y personas indispensables, de razones y felicidad, del amor a la vida y la tristeza de la muerte... Toda una experiencia vital. Palabra de superviviente.

12 de diciembre de 2011

Toma dos tazas



Todos contentos. Ya hemos perdido otro día más. Y ya van… En tiempos de crisis, cuando las propuestas demagógicas toman la delantera, me invade una curiosidad en relación al procedimiento judicial contra Francisco Camps (y Ricardo Costa) que ha arrancado hoy en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. ¿Cuánto dinero habrá costado esta primera jornada en la que ‘sólo’ se ha podido avanzar con la constitución del jurado popular? ¿Pregunta oportunista? No lo niego. Pero sigo sin concebir, perdón por mi escaso espíritu democrático en esta esfera, la participación activa de los ciudadanos en la Administración de Justicia. Sí, sé que la Constitución recoge esta figura procesal. Y también sé de su, dicen, carácter plural y contrario al absolutismo (?)… Todo eso suena muy bien. Y su defensa queda muy progresista. Lo siento, mil perdones. Pero no alcanzo a comprender que personas de la calle, sin ninguna preparación, puedan determinar la culpabilidad o inocencia de un acusado. Tanto me da que sea un político presuntamente corrupto o un hombre supuestamente homicida. Yo, lo admito, no me siento cualificada para ello. Ni cualificada ni capacitada para asumir la responsabilidad de tomar una decisión personal que pueda lastrar la vida de un tercero. Que esa carga moral la asuman aquellos que durante años hincaron codos con tal de disponer de las herramientas necesarias para minimizar el siempre existente margen de error. Lo pueden disfrazar como precien, pero contemplo la escena y me resulta imposible quitarme un concepto de la mente: intrusismo.

Hoy, 12 de diciembre, estaba señalado en el calendario como la fecha de la declaración de Francisco Camps. Pero no ha sido así. El momento, esperado por muchos, deberá esperar a mañana (martes y trece o 13 del 12 del 11, como más les guste). Hoy, sin embargo, los actores judiciales han invertido la jornada en elegir a los nueve miembros del jurado y a los dos suplentes. Al final, seis hombres y tres mujeres (y tablas en los reservas). Como se entere Pajín, ya verán…

11 de diciembre de 2011

Cameron: de Churchill al Manneken Pis

Volver la vista atrás y centrarla en Londres, aún con la penúltima exhibición de fútbol del Barça en la retina, resulta misión harto complicada. Más, si todavía mantienes en el cuerpo la tensión de un partido de altos vuelos. Más, si has visto el encuentro en compañía merengue y, por jerarquía, has gritado los goles para el propio corazón. Más, si tenías asumida la derrota como una alternativa probable... Con todo, tiempo habrá para regocijarse en los análisis desapasionados que valoren la superioridad azulgrana. Un dominio incontestable, inexcusable. Ahora, en horas más propias de cama, farra o mixtura, quería recuperar dos portadas de diarios que este sábado de “clásico” se han podido ver en los quioscos británicos. Dos apuestas arriesgadas. Dos creaciones, gustos al margen, a la altura de una reflexión posterior a una jornada crucial.
Así pues, tras el histórico veto del Reino Unido a la reforma del Tratado europeo, resulta de obligado cumplimiento un repaso a las reacciones de los periódicos británicos. A sabiendas, todo sea dicho, de la dificultad de superar el titular con el que ayer abrió durante toda la jornada la edición digital del diario The Sun, el tabloide propiedad del polémico Rupert Murdoch. El esclarecedor “Who  do you think EU are?”, apoyado en una imagen de un enfático Cameron, deja paso hoy en la versión impresa a un titular populista, pero matizado por un subtítulo con un mayor recorrido. Aunque, no obstante, el golpe de mano no va, en esta ocasión, en el blanco sobre negro. La cabecera amarillista tira de los manuales de historia para evocar la figura de Sir Winston Churchill y su popular gesto de la victoria, estableciendo así una comparativa entre el actual primer ministro británico y su homólogo durante la Segunda Guerra Mundial. The Sun, en su mirada al pasado, rescata el apelativo con el que conocían los soviéticos a Churchill. Ahora, el nuevo “bulldog” británico también se mete en el barro de las guerras, aunque en la suyas el armamento más pesado no va más allá de bombas dialécticas que sobrevuelan el viejo continente. 

Portada de The Sun, hoy, 10 de diciembre.

Captura de la portada digital de The Sun, ayer, 9 de diciembre. 

Si estas líneas tuvieran la pretensión de dar forma a un “press clipping” estarían obligadas a mostrar portadas del montón, como las vistas hoy por medio mundo, con dos imágenes (ambas servidas por agencia) marcando el paso. Pero no es así. Sólo quería recuperar dos portadas, referentes por su diferenciado estilo, que hoy han huido de las instantáneas de rigor (con Merkel y Cameron de absolutos protagonistas) y han recurrido a programas de edición. Unos para sorprender con un montaje fotográfico, otros para dar vida a una ilustración tan irreverente como patria.

The Sun, como decía, optó anoche por salir a la calle haciendo un guiño a Churchill. The Times, por su parte, también recurre a la simbología. Muy distinta, todo sea dicho. En concreto, a uno de los emblemas de Bruselas, el célebre Manneken Pis. La estatua de bronce, comúnmente disfrazada para el deleite de lugareños y visitantes, luce un asombroso parecido con David Cameron, quien, desde la portada del diario, apunta a la cabeza del francés Nicolas Sarkozy. Todo un ejercicio de habilidad.


9 de diciembre de 2011

Un gusano muy inquieto


Día raro este de la Inmaculada Concepción. Jornada festiva, sin ocupaciones laborales en la agenda y con la práctica totalidad de los comercios abiertos. La tentación resultaba difícil de evitar. No obstante, esa rareza lleva otro camino. No sé por qué, y sus vueltas le he dado, llevo todo el día con una sensación de nerviosismo extraña, impropia e inexplicable. Que sepa, no hay motivos aparentes que la justifiquen. Menos en mí, que ni me inmuté mientras hacía el examen de conducir, tampoco al entregar el último ejercicio puntuable de la licenciatura ni tan siquiera al intentar mantener una conversación apropiada con el profesor en el examen oficial del Mijtà. Tampoco en el acto de graduación al bajar las escaleras del Aula Magna para recoger el diploma subida a mis tacones ni durante esos minutos previos, sirva de ejemplo por eso de citar algo relacionado con lo periodístico, en la sala de espera del despacho antes de entrevistar a la alcaldesa. Nada, ni un atisbo de nerviosismo, dile ansiedad o excitación. Nada. Reconozco, vale, que no soy infalible. En ciertos diálogos, que se producen de tanto en tanto, aflora la tensión y el corazón aumenta su ritmo. Pero el lance es tan inevitable, como asumidas están sus consecuencias. Y hoy, sin previo aviso, tengo un gusano cobarde que no deja de recorrer el estómago de norte a sur, de este a oeste. Y no se cansa, que es lo peor.

En la infructuosa búsqueda del motivo, he repasado las cuestiones que han despertado mi atención durante la jornada. Sin éxito. Recuerdo un aire de frustración cuando, aún con los ojos medio entornados, he visto en las páginas del periódico dedicadas a la CAM ese típico error (más común de lo habitual) tan evitable en la producción como antiestético en la posterior lectura. Me viene también a la cabeza, siguiendo con el asunto de marras, las palabras del presidente del Sabadell con las que ha anunciado el cierre de un tercio de las oficinas de la caja alicantina. Impacta pero, hasta donde yo sé, no me afecta. Tampoco creo que la posible cancelación de la cena de Navidad sea para tanto, más allá de que no alcance a comprender la actitud de la mayoría. Intento acordarme de alguna noticia relacionada con la aviación comercial, Nueva York o Estados Unidos… Y nada, agua. Aceptada como tradición navideña que los pilotos de Iberia (o familiares cercanos) hagan huelga en periodos festivos, hoy no ha habido novedades significativas en el sector. Ya es historia ese iPhone que provocó un incidente en un avión en Sydney tras despedir humo denso y emitir un resplandor rojo, esa aeronave de Air France que llevó a volar sin treinta tornillos después de pasar una revisión y el avión de Spanair que efectuó días atrás un aterrizaje de emergencia en El Prat al detectarse el sobrecalentamiento del motor derecho. Y ni rastro queda del sobresalto al conocer que American Airlines se declaraba en suspensión de pagos… Admito que estoy algo acongojada con todo movimiento que lleve implícitas las palabras avión, vuelo, espacio aéreo y semejantes. Sólo de pensar en las horas que debo permanecer ahí arriba, sin escapatoria posible, me dan ganas de salir corriendo. Pero no lo haré, Nueva York bien vale ese sufrimiento. Lo prometo. No obstante, como decía, todo está bastante tranquilo en los últimos días... De hecho, a la espera de la anunciada firma del término del "lockout", el calendario de la NBA ya ha visto la luz. Y el Knicks-Raptors nos espera...


Con todo, lo único que sé, a estas alturas de la película, es que sigo sin saber nada. ¿A qué se deberá este extraño, impropio e inexplicable nerviosismo? Dicen que es síntoma de que algo bueno está a punto de llegar. Miro de soslayo. Dibujo una sonrisa escéptica. Me recetan paciencia. Guiño un ojo. Me regalo el "Leaving New York" de REM. Por eso de distraer la atención del gusano y seguir creando ambiente...

7 de diciembre de 2011

Érase una vez...

¡Qué alegría! Nuestra familia de acogida nos ha dicho esta tarde que ya tenemos nuevos papás. Todavía no saben cuánto tiempo deberá pasar para estar unidos, pero sí que será algo relativamente rápido. ¡Qué ganas! La verdad es que estamos ilusionados con nuestro futuro hogar. Dicen que va a ser un lugar acogedor, donde se respirará aire limpio y un buen ambiente. Todo lo contrario a lo que hemos tenido que soportar por aquí en los últimos meses. ¡Qué les voy a decir…! He creído escuchar, además, que vamos a ser una familia admirada por muchos. Imagino que el poder adquisitivo de nuestros papás y nuestro enorme corazón darán forma a un núcleo sólido. Ojalá sea así. O eso quiero pensar. Mientras nos contaban la noticia, han sido unos minutos muy emocionantes… Luego, poco después, perdimos la sonrisa al quedarnos solos en casa. Hemos aprovechado, como traviesos que todavía somos, para conocer un poco más de nuestro futuro hogar. Y no sólo si tienen dinero y mucha gente en el servicio, sino saber por qué han sido los candidatos que han logrado nuestra adopción. Y la curiosidad… Ya saben… Un gatito menos en el mundo.

Nos hemos enterado de que ha sido la única familia que apostó por nosotros. Y claro… Así cualquiera. Se ve que ahí afuera nos ven peor de lo que somos. Juramos ser buenos chicos, pero tal vez siempre rodeados de malas influencias. Los amigos, el barrio… Nuestro padre de acogida tampoco ayudó mucho al pasar el informe de turno, pero bueno… Y parece que apenas han pagado un euro por nosotros. Así, literal. No sé casi de números, pero imagino que sólo el papeleo en la administración para cambiar nuestra residencia legal debe superar esa mísera cantidad. En fin. ¡Qué le vamos a hacer! Nos da mucha pena dejar nuestra casa, el que ha sido nuestro hogar desde que nacimos. Por aquí han pasado muchos familiares, pero al final nos hemos tenido que ir con unos desconocidos. Los únicos, todo sea dicho, que han creído ver algo positivo en nosotros. Desde pequeñitos nos dijeron en casa que debíamos ser agradecidos… Pero, a estas alturas, algo de rencor tenemos. Nuestros padres hace mucho que nos dieron de lado, siempre les notamos muy ocupados por sacar rédito de nuestra habilidad y poco más. Muchos otros quisieron ejercer de tutores, pero pocos supieron hacerlo. Siempre fuimos conscientes de que sólo nos querían para lograr beneficios propios… Y así nos ha ido a (casi) todos. He leído por ahí que algunos de ellos pueden tener problemas con la Justicia. Sí que nos debieron cuidar mal, sí…

Ahora nos toca despedirnos de amigos y conocidos. Nos vamos lejos, pero parece que todavía nos permitirán mantener alguna vinculación con esta tierra. Veremos. Nos han dicho que seguiremos siendo nosotros (con nuestra ropa y estos pelos), que sólo quieren cambiarnos los malos hábitos. Ya veremos… Tantas promesas en tantos años… Hace tiempo que dejamos de creer, la verdad. Aunque, por educación, siempre recuperamos la sonrisa. A medias, a veces, pero intentamos que sincera.

Y, sí. El rumor ya es un hecho. Lo podemos contar como el final de una pesadilla o el inicio de un tierno cuento infantil. Podemos elegir el camino, ya otros determinaron el destino. El Banco de España ha anunciado esta tarde la adquisición por parte del Banco Sabadell de Caja Mediterráneo. Más allá de los números, los activos, las oficinas, los empleados y demás, la realidad es que Alicante se despide de su instrumento financiero. La quiebra de la CAM ha supuesto el penúltimo golpe a una provincia sin carácter, capaz de tragar con todo y no alzar la voz ante nadie. En los próximos días seguiremos leyendo sesudos análisis que intenten explicarnos este triste final. Todo lo escrito líneas atrás, pues, no deja de ser un relato para reflejar la situación desde los ojos de un niño. Una visión inocente, como la experimentada por miles de los ciudadanos que siguen 'ojipláticos' las evoluciones de la defunción. Un intento de no caer en el ataque visceral contra aquellos personajes (muchos, demasiados) que han contribuido en la amputación de otro brazo a una provincia cada vez más hundida. Un intento de no caer en el ataque personal, siempre sustentado en hechos, contra políticos, empresarios y palmeros. Tantos son los culpables que se podría firmar un serial con final trágico y toques de ciencia ficción. Tantos son los culpables que no hay ni habrá tribunales (morales y de los otros) suficientes para juzgarles. La provincia, acostumbrada a una historia plagada de heridas sin cicatrizar, sigue impertérrita. Los cortes se siguen produciendo. Continúa brotando sangre. Y cada vez quedan menos reservas. Lógico. Pero aquí, en Alicante, nadie abre la boca. No vaya a quedarse sin foto. Lo esperado.

5 de diciembre de 2011

La "deivis" pasa de largo por Castellón

Caminaba hacia aquí dándole vueltas a la cabeza. Venía pensado cómo arrancar el texto que esta noche me ocupa, una cuestión que no deja de ser una curiosidad relacionada con la cobertura mediática de la final de la Copa Davis disputada en Sevilla. Me estaba planteando si empezar a escribir a partir de alguna anécdota personal, como hacen referencias en el oficio de la pluma de la talla de Juanjo Millás o, por el contrario, tirar de ese socorrido estudio científico que suele liderar la tabla de noticias más leídas en cualquier diario digital. De hecho, tenía uno entre manos. Y era bueno. Es decir, gozaba de la suficiente entidad para captar la atención del lector hasta que éste se sumergiera en las letras y acabara, entonces, por desembalar la historia. Pero, a esas alturas, ya se habría superado la mitad de la columna y, por una cuestión de orgullo, hubiera continuado hasta llegar al punto final. Misión más que cumplida para el autor en esta era del "lector pica-flor".

El texto habría empezado diciendo algo así... ¿Intuían que se puede ser alérgico a los besos? De nada. Ya lo saben. Ahora entenderán algunos de ustedes  por qué su marido/mujer, novio/novia o 'serconelqueconviven' se muestra cada día más reticente a la hora de expresarle su afecto a través de uno de los gestos más primitivos, el beso. No es que se haya esfumado el amor y quítense de la cabeza esa estúpica idea de que las fundas dentales han apagado la llama de la pasión en su pareja. La respuesta la da un estudio publicado en "New England Journal of Medicine" [revista que nadie conoce, pero que tiene su credibilidad por eso de estar escrita en la lengua de Shakespeare y Mister Bean]. Dice la investigación que el ser humano sí puede ser alérgico a los besos. Pero, tranquilícense, todo tiene una explicación. “La reacción alérgica no ocurre por un ‘rechazo inmunológico’ a la otra persona, sino porque ésta ha podido ingerir poco antes un medicamento o un alimento al que somos alérgicos”. Con un inicio así podría hilarse el texto, al que se le podría añadir la recurrente anécdota atribuible a alguna amiga. Ya me entienden...

Dicho lo cual, vamos a lo que íbamos. Echando un vistazo esta mañana a las portadas de los periódicos, con independencia de su ámbito de difusión, me ha llamado la atención un diario que suele pasar inadvertido. No es habitual que despierte frío ni tampoco calor. Pero este lunes, sin explicación aparente, Mediterráneo de Castellón ha optado por relegar de su portada el triunfo de España en la final de la Copa Davis. Repasadas más de un centenar de cabeceras, y pasando por alto algún diario de Cataluña y El País Vasco, no he reparado en ningún otro periódico que dejara fuera de su página de presentación la consecución de la quinta Ensaladera por parte de la 'armada', tras la definitiva victoria de Rafa Nadal ante el argentino Juan Martín del Potro. Lo dicho, excepto el Ara, el Deia, El Punt/Avui y algún primo hermano, el resto de la prensa que hoy ha salido a los quioscos sí ha reservado un hueco en su primera (desde la foto dominante en ABC hasta una ventanita en Público, valgan como ejemplos) al acontecimiento deportivo por excelencia de este fin de semana, que en su último partido consiguió batir ayer records de audiencia en La1 de TVE. 

Portada de hoy, lunes 5, de Mediterráneo de Castellón

   


Mediterráneo sigue una senda propia. Y no crean que ayer Castellón fue, lo que se dice, un centro de interés informativo. Miren. El periódico abre hoy con una noticia de índole económico. “’Guerra’ entre los bancos para captar los ahorros de los castellonenses”, como titular, seguido del subtítulo: “Las entidades financieras ofrecen al potencial cliente condiciones ventajosas”. Eso, de inicio. La foto dominante corresponde a la apertura de los comercios en el primer domingo de diciembre. “Un ‘superpuente’ de compras”, de titular, completado por el subtítulo: “Mucho público en el primer domingo aperturable ­[ahí queda la palabra] y buena ocupación turística”. Como tercera cuestión más noticiable de la portada, un suceso. “Una mujer y su hijo heridos por el ataque de un perro en la Vall”. Y, a partir de ahí, ventanitas por doquier de toda índole y condición: “La eurozona debe ir hacia una agencia de deuda común, según Almunia”, “Centenares de  fieles se reúnen en Vila-real en la tradicional ‘festa de les casades’”, “Recusado uno de los precandidatos a juzgar a Camps” y, por último, “Las farmacias esperan hoy el 2º [escrito así, sin rubor] pago del Consell”. Todo esos ingredientes aliñados por las actuales promociones del diario: manta con mangas, monederos chic y figuras del belén tradicional.

No me negarán ustedes que algún espacio se le pudo hacer ayer noche a Nadal y al resto del equipo español (un alicantino/valenciano, ente ellos) en la portada de Mediterráneo. Vale que en el periódico castellonense primen las noticias de carácter local/provincial/autonómico ante las cuestiones de trascendencia nacional/internacional… Pero de ahí a silenciar la victoria española en la Copa Davis, creo, va un trecho.

4 de diciembre de 2011

Y las musas, de vacaciones

Me retumba aún en la cabeza el insufrible ruido que, unido a berridos propios de una matanza de cochinos extremeños, nos ha acompañado este sábado durante la jornada laboral vespertina. Una actividad de cariz benéfico, me niego a completar el término con el apellido de “artístico”, nos ha dado la tarde. Así, literal, sin matices. Todo eso ha teñido la tarde, junto a la incontestable victoria del Elche y el positivo resultado, pero empate al fin y al cabo, que ha sumado el Hércules en los Juegos del Mediterráneo de Almería. No obstante, los marcadores deportivos se han quedado al margen de un cierre de sábado insoportable. Largo donde los haya habido.

Resulta gratificante que tu empresa ceda sus instalaciones, algo así como cumpliendo con parte de su responsabilidad social, a asociaciones de vecinos de la ciudad que buscan ayudar a los más necesitados. Ni un solo reparo. Pero, a la vez, resulta frustrante que nadie desde un despacho piense en los trabajadores que invierten el sábado en intentar sacar adelante el producto que a día de hoy da sentido a la empresa. Oído lo oído, nadie piensa en esos trabajandores y en su salud mental, damnificada después de tener que aguantar durante demasiados minutos un penetrante ruido que algunos se atreverán a llamar música. Nosotros, esta tarde, nos negábamos en rotundo. La situación ha llegado a rozar la comicidad. Bastaba con situarse en la puerta de entrada a la redacción. Desde allí contemplabas a un grupo (cada vez menos numeroso, todo sea dicho) de redactores haciendo esfuerzos infructuosos por mantener cierto grado de concentración. Era imposible. Sentado frente a cualquier ordenador se oía la batería, la guitarra y algo parecido a una voz con tanta intensidad como en cualquier actuación nocturna en el mítico bar Frontera de la Playa de San Juan. Uno de esos puntos de reunión de los rockeros veteranos (y alguno joven algo perdido). Quien dice el Frontera, dice el Texaco o el Harley... Cualquier antro de condición rockera, donde pasan rápido las noches mientras conversas y ves de reojo qué mal llevan algunos el envejecer. Allí disfrutas de la música copa en mano. En el trabajo, la sufres, y no precisamente en silencio… El malestar, como no podía ser de otra manera, ha sido generalizado. Aunque la rabieta se asemejaba a un griterío en el vacío. Totalmente estéril. Como estas palabras, sin ir más lejos, que reconfortan tanto como sirven para nada.

Decía líneas atrás, que resulta gratificante comprobar que tu empresa cede parte de sus instalaciones para iniciativas solidarias. Hoy, en concreto, se han recogido alimentos no perecederos a través de la Asociación de Vecinos La Prosperidad de San Gabriel y de la Amistad de La Alcoraya. Y poco, más bien nada, se puede exigir a los organizadores de los actos (éstos u otros), ajenos al trabajo que se intenta realizar a escasos metros del salón de operaciones. Pero sí se agradecería cierta empatía por parte de aquellos que manejan la agenda de actividades. Capaces, a buen seguro, de gestionar con elegancia tiempos y espacios, de unos, y necesidades, de los terceros en discordia. De existir esa actitud por una parte, la comprensión desde la otra orilla crecería con factor exponencial. Es fácil. Para empezar, lo básico: trasladar las actuaciones musicales lejos de esas horas centrales de la tarde, no más de cuatro, que concentran la actividad creadora (¡¡toma ahí qué bien suena eso!!). ¿Qué tal los conciertos para el domingo por la mañana? Y así, con el resto... Poder es querer, ya saben. Y la buena voluntad, un tesoro.

Pero no me dejaba caer a estas horas por aquí para volcar las dosis de frustración que aún conservo después de pelear durante horas para sacar de la cabeza intentos de acordes y ruido, mucho ruido, que diría el maestro Sabina. No. Me he citado en este punto de encuentro para dejar una reflexión, una pregunta en el aire… Para poner negro sobre blanco un hecho al que, al menos todavía, no le he encontrado explicación. La he buscado en mí y, sobre todo, por ahí afuera, donde se dejan ver los que dicen que saben de esta nueva era. Pero nada, no ha habido suerte.

El pasado miércoles, en un repaso por los digitales, me sorprendió la noticia más leída en ese momento en El País. Ya no por su contenido, sino por dónde se ubicaba la acción. Decía el titular: “El PP lleva un experto al Senado que afirma que ser gay es una enfermedad”. ¿Al Senado? Pero si ese ente, que ya de por sí funciona poco y mal, ahora está más vacío de lo habitual… ¿De qué estamos hablando? ¿De cuándo es esta noticia? Parece ser que las redes sociales lo hicieron todo, guisar y comer: desenterraron una noticia publicada hace más de seis años, durante la primera legislatura de Zapatero, y luego, con su potente viralidad, la convirtieron en el texto más leído de El País durante ¡¡más de dos días!! El miércoles se aupó hasta el primer puesto, donde se mantuvo todo el jueves y parte del viernes, cuando a última hora de la tarde empezó a perder terreno. Algo inaudito. Me atrevo a decir que un hecho sin precedente ni explicación que lo sustente. Cosas de este nuevo hoy.
Captura de ElPais.com del miércoles, 1 de diciembre (22:30 h)

Captura de ElPais.com del viernes, 3 de diciembre (20:45 h)

Puesto el presunto punto final al texto, me disponía a buscar en Youtube el vídeo de la canción "Ruido" del maestro Sabina con el noble propósito de ambientar con algo música estas líneas... Y la broma se ha prolongado más de lo esperado. De una a otra, de otra a otra... Y así vamos, camino de escuchar la discografía de "El Flaco" y del Nano Serrat. En unas horas, pocas, cuando suene el despertador para seguir con la ronda (que no de rondas), entonces sí que me voy a acordar de Joaquín, de Joan Manuel, del susodicho experto en sexualidad y también de aquel que aporreaba la guitarra esta tarde en el subsuelo de la redacción... Gracia me da sólo de pensarlo...



Me ha costado decidirme, lo reconozco, pero alguna tenía que quedar aquí reflejada en esta noche de epílogo canallesco. Cierro los ojos y apunto a la cinco, a mi número. Buena elección, todo sea dicho.


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Actualización: Curiosamente, Milagros Pérez, la defensora del lector en El País, dedica este domingo su tribuna de opinión a intentar explicar la "extraña resurección" de la noticia de marras. Y también, disculpar al diario de cualquier atisbo de responsabilidad.